El ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) pugnan por el poder en el país, que está inmerso en un proceso de transición democrática con el objetivo de poner fin a la crisis política desatada tras el golpe de Estado en octubre de 2021.
Las FAR han indicado que controlan el Palacio Presidencial de Sudán, donde reside el presidente del Consejo Soberano y líder militar, Abdelfatah al Burhan, pero este ha asegurado, en una entrevista con la cadena de televisión catarí Al Yazira, que “todo está bajo control”, a pesar de que continúan los combates entre las Fuerzas Armadas y los paramilitares en la capital, Jartum, y otras zonas del país.
Al Burhan ha dicho que el Ejército no ha perdido el control de ninguna de sus bases. Asimismo, ha instado a las FAR a “escuchar a la voz de la razón” y a que replieguen a sus unidades, o de lo contrario el Ejército se verá “obligado a traer fuerzas a Jartum desde varias regiones”, lo que supondría una nueva y peligrosa escalada en el conflicto.
“Nosotros no hemos empezado ninguna guerra. Fuimos sorprendidos sobre las 9 de la mañana por un ataque de las FAR“, ha dicho Al Burhan, quien ha indicado que las sucesivas acciones del Ejército contra los paramilitares fueron en respuesta a “la agresión”.
Las FAR, lideradas por el vicepresidente del Consejo Soberano y número dos del Ejército, Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, han dicho, por su parte, que las hostilidades se han iniciado en respuesta al “ataque lanzado esta mañana por las Fuerzas Armadas” en el sur de Jartum.
“En esta delicada circunstancia en la historia de nuestra nación, las Fuerzas de Apoyo Rápido hacen un llamamiento a todos los ciudadanos para que las apoyen y continúen con sus esfuerzos para proteger los logros del país, y la gloriosa y victoriosa revolución de su pueblo”, ha indicado en la nota. También han llamado a los miembros de las Fuerzas Armadas a que se posicionen “correctamente” y que rechacen ser “utilizados” por el Ejército.
El presidente del Consejo Soberano ha reconocido que las tensiones se elevaron a niveles máximos durante la noche del viernes, cuando hubo “escaramuzas” en la Ciudad Deportiva, en el sur de Jartum, donde las FAR “acosaron durante la noche” a las unidades del Ejército estacionadas allí.
El Ejército asegura que ya hay desertores en las filas de las FAR
Tras esos episodios, siempre según la versión de Al Burhan, los paramilitares atacaron varias sedes de las Fuerzas Armadas y “se infiltraron y entraron al aeropuerto”, donde “quemaron algunos aviones”, ha indicado, reiterando que todas las instalaciones estratégicas están bajo control de los militares.
El Sindicato de Médicos ha indicado que hay al menos 25 muertos y 183 heridos en todo el país, aunque no ha podido determinar si todos son civiles.
“Continúan los episodios de conspiración y agresión contra nuestro país por parte de las fuerzas rebeldes contra el Estado y la soberanía nacional, y vuestros hijos en las Fuerzas Armadas están luchando desde esta mañana la batalla de la verdad y la dignidad nacional, y han sacrificado su preciosa sangre por el bien de la dignidad nacional, y saldremos victoriosos, si Dios quiere”, ha señalado el ejército en un comunicado.
El Ejército también ha informado de que el comandante de las FAR en el estado del Nilo Blanco ha entregado “todas sus fuerzas, campamentos y equipo al comando del Ejército en el estado y anuncia que se unirá a la lucha” junto al Ejército, que sería oficialmente la primera unidad paramilitar que desierta de las filas de estas unidades.
No obstante, el líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, ha dicho que no abandonarán las armas hasta que el Ejército se rinda.
De hecho, las FAR han tomado la base militar de Merowe, en el norte de Sudán, donde han obligado a “rendirse” a las tropas egipcias estacionadas allí para realizar ejercicios conjuntos con las Fuerzas Armadas sudanesas. El Ejército egipcio, que no ha confirmado el estado de sus soldados en Sudán, ha indicado que se está coordinando con las autoridades competentes en el país para garantizar la seguridad de sus soldados.
En una entrevista, el líder de la milicia ha anunciado su intención de llevar al jefe de las Fuerzas Armadas, general Abdelfatah al Burhan, ante la Justicia.
Mientras, el Ejército ha dicho que no dialogará con las Fuerzas de Apoyo Rápido “antes de disolver y acabar con la milicia rebelde de Hemedti”. La Presidencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas sudanesas ha calificado a Hemedti en otro comunicado como “delincuente prófugo”, mientras que ha publicado una imagen del líder de las FAR con la palabra “se busca” y han hecho un llamamiento a la ciudadanía para que informe sobre su paradero.
FAR, el grupo paramilitar más poderoso de Sudán
Ante estos graves acontecimientos, la Embajada de España en Sudán instó a todos los españoles a “permanecer en sus casas” y “evitar desplazamientos innecesarios y permanecer atentos a noticias de autoridades locales y de esta Embajada”.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha hecho un llamamiento al cese de la violencia y ha dicho que todo el personal de la UE en el país se encuentra a salvo.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha dicho desde Vietnam, donde se encuentra de visita, que aunque la situación en Sudán es “frágil”, todavía “hay una oportunidad real de luchar por una transición hacia un gobierno civil“.
También ha condenado los hechos el secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, quien ha hecho un llamamiento “a los líderes de las FAR y las Fuerzas Armadas de Sudán para que cesen de inmediato las hostilidades, restablezcan la calma e inicien un diálogo para resolver la crisis actual”.
En la misma línea se ha manifestado el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, quien ha lanzado “un ferviente llamamiento a todas las partes (…) para que cesen inmediatamente la destrucción del país, el pánico de la población y el derramamiento de sangre de inocentes en los últimos diez días del mes sagrado del Ramadán”.
El secretario general de la ONU y el presidente de la Comisión de la UA han hablado este sábado sobre el conflicto en Sudán y han acordado coordinar esfuerzos para desescalar la crisis.
Las FAR nacieron de las milicias Janjaweed, acusadas de cometer matanzas y violaciones masivas en el conflicto de Darfur (2003-2008) y tras el derrocamiento de Al Bashir, en abril de 2019, se reconvirtió en una fuerza militar regular.
Claves de la crisis en Sudán
Tras el golpe de Estado en octubre de 2021, el líder militar Abdelfatah al Burhan -junto con Hemedti- depuso al gobierno civil de transición que dirigía el país tras la revolución sudanesa.
El pasado 8 de enero comenzó la fase final del proceso político entre los firmantes del “acuerdo marco”, alcanzado el pasado 5 de diciembre entre militares y civiles y que definía los pasos para establecer un gobierno civil que sustituya al actual militar.
Sin embargo, la firma del acuerdo político definitivo entre las diferentes partes involucradas en el proceso de transición de Sudán, que estaba prevista que fuera rubricada el 1 de abril, quedó pospuesta hasta en dos ocasiones por falta de consenso sobre la creación de un Ejército unificado con las FAR.
El principal problema para tal integración es que las FAR son un grupo con lealtades tribales -los combatientes proceden de la tribu riezigat, originaria de Chad, además de que durante los años de conflicto han amasado grandes fortunas con la toma por la fuerza de minas de oro, el principal recurso de Sudán.
Las desavenencias entre el Ejército sudanés y las FAR se remontan al año 2019, cuando estas últimas fueron acusadas de ser el brazo visible de la represión que acabó con la vida de cientos de manifestantes que acamparon frente a la sede del Ejército en protestas que propiciaron la caída de Al Bashir. La plataforma opositora Fuerzas de la Libertad y el Cambio pidió entonces su disolución y recordó que este grupo cometió crímenes contra la humanidad en Darfur.