La Junta Central Electoral (JCE) dispuso este miércoles la “desvinculación” del director de Informática, Miguel Ángel García, luego de que el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) diera a conocer que en la auditoría que realizó al voto automatizado usado en las suspendidas elecciones de febrero hubo una serie de irregularidades cometidas por ese departamento.
La medida fue tomada por el pleno del organismo. García era Director Nacional de Informática.
En un breve comunicado, la Junta dijo que en adición a esta medida inició la implementación de acciones y medidas tendentes a fortalecer los trabajos que desarrolla el personal actuante de la Dirección Nacional de Informática de la institución.
“A raíz de las recomendaciones sustentadas y fundamentadas en el informe presentado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre la o las causas que impidieron la correcta implementación del Voto Automatizado en las Elecciones Municipales del pasado 16 de febrero”, subrayó.
En la mañana de hoy, el presidente de la Junta, Julio César Castaños, dijo que tras el informe de la OEA, iban a reestructurar el Departamento de Informática.
“Ese informe dice no hubo sabotaje, que no hay evidencias de fraude que no hay evidencias de un ataque externo y de lo que se trata es de un error humano, de una negligencia humana, de una impericia humana de una falta de comprobación de la calidad humana”, indicó.
La OEA dijo, en el documento de 45 páginas, que en los abortados comicios del 16 de febrero no hubo irregularidades externa, sino una “mala gestión” de la JCE, especialmente el Departamento de Informática, que desarrolló y aplicó sin probar previamente el software del voto automatizado el cual no funcionó el día de los comicios y hubo que suspender el proceso.
“Del trabajo desarrollado por el equipo técnico que realizó la auditoría se concluye que lo sucedido con la implementación del sistema de votación automatizado fue producto de la mala gestión del área informática de la JCE”, indicó la OEA.
También indicó: “El mal diseño del software, sumado a no haber contado con herramientas para detectar o prevenir la falla y no haber podido mitigarla a tiempo, reflejan también la ausencia de protocolos y la falta de aplicación de buenas prácticas”.