A ritmo de su bachata favorita y en medio del clamor por justicia de parte de sus familiares y amigos, fue sepultado esta mañana el dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Julio César Pérez, asesinado el pasado domingo durante las elecciones.
Allegados de Julio César, presentes en el sepelio, acusaron por el hecho al administrador del Hospital Moscoso Puello, Gerpi Polanco, a quien denuncian por supuestamente hacer negociaciones y compras de votos en todos los procesos electorales.
Calificaron a Polanco como un “activista criminal” y aseguran es quien controla la nómina del Moscoso Puello, la cual aseguran es una de las más grandes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
También lo acusan de haber orquestado un plan para incidentar el proceso electoral en el Politécnico Nuestra Señora del Carmen, donde el fallecido fungía como supervisor.
Bernardo Pérez Jiménez, hijo del fallecido, expuso que tanto sus amigos como sus familiares están “dispuestos a todo” para lograr que los responsables paguen por el crimen de quien calificó como un excelente padre, una gran persona y un buen amigo.
“Ellos no lo fueron a matar a él, ellos fueron a matar a quien sea, porque el objetivo era desbaratar el proceso electoral”, dijo una amiga cercana del fallecido.
Explicó que los responsables del hecho, donde su padre resultó muerto, ya están identificados, y sin embargo no puede ofrecer más detalles sobre el caso, pues el mismo está a cargo de sus abogados.
La muerte del dirigente perremeísta se produjo la mañana del pasado domingo, frente al colegio de votación que funcionó en el Politécnico Nuestra Señora del Carmen, en el sector Simón Bolívar.