Por: Fernando Hiciano
Si él no alumbra las aulas, la educación estará en tinieblas, y no se pondrá construir en la escuela el futuro de la nación. Hablamos de un actor importante que guía a puerto seguro toda la comunidad educativa. Él es la columna vertebral donde descansa la escuela, garantizando que el proceso se dé sin ningún tropiezo, porque se adelanta a las adversidades y a todos los imprevistos que surgen en el proceso. Él es el director de la escuela. El más fidedigno gerente para que el calendario escolar no se interrumpa, optimizando los períodos de clases y todo el ambiente escolar.
Es un guía, muy celoso con las políticas y normas del centro. Ofrece apertura a la inclusión de todos los actores, pero siempre con una visión globalizante. Da confianza. Se reinventa a cada instante. Siempre está haciendo ajustes que van consigo a conquistar las metas deseadas. Organiza las piezas claves, procurando que todos los elementos estén activos permanentemente. Prioriza las relaciones humanas entre cada uno del personal, y se involucra con el trabajo colectivo para que cada uno sientan en su ADN el placer de pertenencia de la institución. Siempre está pasando inventario, acompañando a todos en las labores asignadas. Es un gran observador, meticuloso y colabora con el trabajo. Se involucra en la planificación de los contenidos didácticos y traza líneas de acción para que las metas se logren con efectividad.
Es un buen administrador y está constantemente evaluando, optimizando el tiempo, los espacios, estableciendo el perfil como una herramienta sacrosanta de la institución. Contagia integración, provoca motivación, ayudando para que todos se integren en el proceso, evitando conflictos entre los miembros.
El director se hace amigo de los estudiantes. Les llama por su nombre e inspira confianza. Conversa y rediseña programas con ellos. Desarrolla planes que van en beneficio del centro y del porvenir de los jóvenes. Observa sus talentos y les ofrece confianza y oportunidades para lograr los objetivos. Prepara el espacio para que el futuro próximo la escuela sea una industria sostenible, con autodominio financiero, capaz de administrar sus recursos a favor del aprendizaje de los estudiantes.
Siempre visita cada uno de los hogares de sus alumnos. Conversa con los padres y conoce las condiciones sociofamiliares de los estudiantes. Sabe que la familia es la piedra angular de la educación de sus miembros. Es por ello, que este magnífico guía planifica con el primer órgano de la sociedad, involucrándola en los proyectos cruciales del centro. También da oportunidades a los miembros de las asociaciones de padres como garantía de que todos los procesos se den con transparencia en la escuela, porque la misma es parte fundamental del comité financiero de la escuela.
Él tiene un compromiso insoslayable con la patria, y sabe que es una pieza clave para garantizar el proceso enseñanza-aprendizaje. Su religión está con los estudiantes. Nunca se deja atar de las limitaciones de gremio alguno, porque sabe que es un garante patriótico para que se dé sin interrupción el proceso educativo, y para él eso es innegociable cuando se trata del futuro de la nación.
