Explotó en las afueras de la oficina del Servicio de Atención Integral, cuyas instalaciones resultaron afectadas. Además, los reos se amotinaron en la prisión de Turi y secuestraron a 45 oficiales
Un segundo coche bomba explotó en Quito la madrugada de este 31 de agosto. Según confirmó la Policía, el vehículo causó afectaciones al edificio del Servicio de Atención Integral, la entidad encargada de las cárceles. El estallido se produjo en el centro norte de la ciudad, cerca a una universidad. La detonación del vehículo sucedió apenas unas horas después de la explosión de un primer coche bomba, que estalló en los exteriores del Ministerio de la Mujer. Entre ambas ubicaciones de los atentados hay una distancia de 1.3 kilómetros.
Los atentados sucedieron luego de que en la Cárcel de Turi, al sur del país, se registraran incidentes. La fuerza pública debía intervenir esa prisión el 30 de agosto, pero los reos tomaron el control de la cárcel y retuvieron a 45 uniformados, entre policías y agentes penitenciarios, y a una civil. Esa cárcel estaría bajo el liderazgo de la banda criminal Los Lobos. Como en otras ocasiones, el Servicio de Atención Integral no ha entregado información precisa sobre la situación en Turi hasta la mañana del 31 de agosto.
La Policía confirmó que “un vehículo tipo camioneta con dos cilindros de gas licuado de petroleo en su interior, habría explotado por la acción de un artefacto de mecha lenta, causando la destrucción del vehículo y daños en los exteriores del edificio del Servicio de Atención Integral, ubicado en la Av. 12 de Octubre entre Wilson y Foch, no se registran víctimas de este suceso”. El edificio donde sucedió el estallido es el lugar donde los presos firman las boletas de prelibertad.
Policías revisan los restos de un automóvil, que según las autoridades estaba cargado con dos tanques de gasolina y luego explotó cuando los sospechosos le prendieron fuego, aparentemente apuntando a la agencia penitenciaria de Ecuador SNAI, en Quito, Ecuador, el 31 de agosto de 2023. (REUTERS/Karen Toro)
“Estos dos coches bombas que han sido colocados la noche en la capital (Quito) son acciones para amendrentar al Estado para evitar que sigamos cumpliendo con la función que tiene las Fuerzas Armadas y la Policía en controlar estos centros penitenciarios”, dijo el secretario de Seguridad, Wagner Bravo en una entrevista con FM Mundo.
La Policía informó que detuvo a seis personas que habrían detonado el primer coche bomba en Quito. Algunos de los cinco ecuatorianos y un colombiano aprehendidos registran antecedentes por robo, extorsión y asesinato. Incluso algunos de los sospechosos fueron detenidos hace 15 días, pero la justicia les dio medidas sustitutivas a la prisión preventiva. Sobre estas detenciones, Bravo aseguró que ya están en marcha las investigaciones para conocer a los autores intelectuales de los atentados: “Se tiene algunos capturados que posiblemente son los autores y que tendrán que entrar en el proceso investigativo para ver de dónde provienen las órdenes para tratar de causar este terror a los ecuatorianos”.
Además el secretario de Seguridad aseguró que “estos grupos delincuenciales tratan de presionarnos para que el estado no actúe sobre ellos” por ello, cuando existen operativos en las prisiones se alerta a todas las unidades policiales y militares” para que estén atentas a las posibles respuestas de las bandas en las calles: “Es cuando se hace seguimiento inclusive aquellas personas como estos capturados que posiblemente pueden cometer actos delincuenciales. Inmediatamente se conoció de las dos explosiones se activó todo el proceso de investigación y de inteligencia de la policía”, esto habría permitido la rápida aprehensión de los sospechosos.
Presos se toman los techos de la cárcel de Turi, en la ciudad de Cuenca. (EFE/Robert Puglla)
Bravo también indicó que los atentados explosivos suscitados en Quito “posiblemente son repercusiones ante los traslados (de presos) que se hacen a las diferentes cárceles del país”.
Durante la mañana del 31 de agosto se difundió un video que habría sido grabado en la cárcel de Turi donde habla un agente retenido: “Llevamos 24 horas. No sabemos de nuestras familias ni ellas de nosotros”, asegura el hombre. Pese a la insistencia de la prensa ante el Servicio de Atención Integral y de la Policía, no se ha confirmado la veracidad de la grabación.