Luego de sus declaraciones sobre un posible encuentro con el líder chavista, el presidente estadounidense remarcó que su gobierno “siempre ha estado del lado de la libertad”
Donald Trump aclaró este lunes que una eventual reunión con Nicolás Maduro, tendría como único objetivo discutir una salida del líder chavista del poder en Venezuela, luego de haber manifestado su disposición a encontrarse cara a cara con el sucesor de Hugo Chávez.
El mandatario destacó que siempre ha estado “en contra del socialismo y con el pueblo de Venezuela”, y que su gobierno se mantiene “del lado de la libertad y contra el régimen opresivo de Maduro”.
“Solo me reuniría con Maduro para discutir una cosa: una salida pacífica del poder!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
En un artículo publicado por el portal Axios, el presidente no descartó encontrarse con el dictador. “Podría pensarlo (…) A Maduro le gustaría reunirse. Y nunca me opongo a las reuniones”, dijo Trump, según la web.
“Siempre digo que se pierde muy poco con las reuniones. Pero hasta ahora, las he rechazado”, agregó, refiriéndose a un encuentro con Maduro, acusado por el Departamento de Justicia de narcoterrorismo y con una recompensa de USD 15 millones por informaciones que faciliten su captura.
El presidente estadounidense ya había manifestado una vez la posibilidad de la reunión, pero fue en declaraciones realizadas en 2018, antes de que el gobierno estadounidense vuelque todo su apoyo a Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado. Maduro viajó a Nueva York para la asamblea general de la ONU en septiembre de ese año, aunque no llegó a concretarse la cita.
En febrero, Trump recibió con honores en la Casa Blanca a Guaidó, que dos días antes había acudido como invitado al discurso anual del mandatario sobre el estado de la Unión en el Capitolio, durante el cual recibió una ovación de pie tanto de los republicanos como de los demócratas. En ese momento, Trump prometió “aplastar” la “tiranía” de Maduro.
Estados Unidos lidera desde enero de 2019 una campaña internacional para sacar del poder a Maduro, cuya reelección en mayo de 2018 considera fraudulenta y a quien atribuye corrupción generalizada y graves abusos a los derechos humanos, así como la debacle económica de la otrora potencia petrolera.
Pero a pesar de una batería de sanciones y un embargo de facto a las exportaciones de crudo, Maduro sigue en el poder con apoyo de la jerarquía militar y de Cuba, Rusia y China.