A medida que las protestas pierden fuerza, se han multiplicado los episodios de grupos contra Carabineros, cuestionados por los abusos policiales
Casi una veintena de personas fueron detenidas por los ataques efectuados esta semana contra cuatro comisarías de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, según informó este miércoles las autoridades locales.
Los ataques, que se han producido siempre de noche, se han dirigido contra las comisarías de Peñalolén, Pudahuel, Macul y Renca. En esta última, unos 50 encapuchados lanzaron “adoquines, cócteles molotov y bolitas y bolones de acero con ondas”, de acuerdo con Radio Bío Bío.
“Se juntaron en la zona central y de forma espontánea, gradual y violenta comenzaron a atacar al cuartel y al personal que se encontraba afuera (…) resultando algún personal de Carabineros lesionado”, ha dicho el comisario de Renca, el mayor Héctor Carrasco.
Las fuerzas especiales de Carabineros respondieron con bombas lacrimógenas, dando lugar a un enfrentamiento en el que fueron detenidas 12 personas, de acuerdo con Carrasco.
Otras siete personas han sido detenidas por el ataque a la comisaría de Macul, en el que unas 200 personas lanzaron objetos contundentes contra la sede policial, a lo que los agentes respondieron también con gases lacrimógenos.
Medios locales también registraron ataques contra una comisaría en Pudahuel, en la periferia de Santiago de Chile, hiriendo a un policía y manteniendo en alerta a las autoridades que buscan frenar la violencia desatada en medio de la prolongada revuelta social.
Los ataques al centro policial comenzaron en la noche del martes luego de que un móvil de Carabineros atropellara a un joven. El incidente se hizo viral en redes sociales y provocó la ira de los vecinos.
La periferia de Santiago ha sido escenario de saqueos y enfrentamientos entre las fuerzas del orden y manifestantes desde que el 18 de octubre protestas de estudiantes, contra el alza de tarifas del ferrocarril metropolitano, gatillaron la revuelta social.
En esas zonas de la capital chilena, delincuentes aprovecharon los desmanes provocados por manifestantes para cometer delitos, en especial narcotraficantes que funcionan en esos sectores.
Casi tres meses después del inicio de la crisis, Carabineros de Chile sigue desplegado en las calles ante manifestaciones que continúan, pero con menor intensidad.
El viernes pasado, el color amarillento del agua lanzada por un móvil de Carabineros utilizado en la Plaza Italia -epicentro de las protestas que cada viernes vive intensas jornadas- desató una investigación judicial para determinar las causas de dicha anomalía en el líquido.
Organismos nacionales e internacionales de protección a los derechos humanos han alertado sobre abusos por parte de las fuerzas de seguridad. La oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, lamentó el “elevado número” de denuncias sobre abusos policiales.
Por el momento, la revuelta se salda con 29 muertes y miles de heridos, casi 400 con lesiones oculares graves.
Con información de EuropaPress y AFP