Inadmisible

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Por: Fernando Hiciano
Pese a que la República Dominicana ha sido invadida en dos ocasiones por Haití, imponiéndonos su poder imperial a fuego y sangre, que hemos sido obligado por organismos internacionales a cederle miles de hectáreas de nuestras tierras que, en una ocasión, el expresidente Leonel Fernández fue recibido en ese país por una turba, la cual pudo terminar con un magnicidio en tierras extranjeras, pese a todo ello, nunca nuestro país ha tenido una actitud de xenofobia o de racista contra los haitianos.


Ningún país del mundo ha mostrado mayor empatía con Haití como la República Dominicana. En la actualidad, viven más de dos millones de nacionales haitianos en nuestros suelos. Muchos de ellos trabajan en el sector construcción y agricultura. Otros laboran en turismo o hacen servicio de motoconcho o Uber. Mientras que otros viven de las ventas de diversos productos textiles o equipos de comunicación, inclusive muchos son capataces de una propiedad de algún dominicano. En tanto, que otras mujeres haitianas son amas de llave de algún hogar dominicano.


En el 2023 las madres haitianas alumbraron más que las dominicanas en nueve provincias del país, con porcentajes entre 50% y el 68%, registrándose 35, 584 partos en los hospitales públicos, oscilando un costo económico alrededor de 50 mil pesos por cada cesárea.


Según un informe del Minerd, en los últimos 18 años los estudiantes nacionales haitianos pasaron de 20,767 en el 2005 a 173,416 en el 2023. Entendiendo que estos chicos gozan de los mismos privilegios de los servicios que brindan las escuelas públicas a los estudiantes dominicanos.
¿Qué más quieren ellos? ¿Qué pretenden los organismos internacionales, emitiendo juicios sin fundamentos? ¿Acaso quieren que nosotros les sigamos el juego de la “gallinita tuerta” en la que todos ellos le sacan capital financiero, haciendo turismo con la miseria que todos ellos provocaron y que son responsables del mismo?


No es la República Dominicana quien ha saqueado las arcas de esa nación, sumiéndola a tocar fondo, ni tampoco somos nosotros lo que hemos depredado todos sus ecosistemas, ni financiamos turbas delincuenciales para alzarse con el poder, y desde allí abrirle las puertas al crimen organizado.
No saben que la República Dominicana se encuentra en un punto geográficamente estratégico y que para asunto geopolítico es parte importante para el equilibrio de la región y todo el mundo. Lo que se pretende es que el país asuma toda la culpa del estilo de vida de tribus de su gente y la pudrición del hurto a granel de los imperios que la han gobernado


Las deportaciones de todos los indocumentados no la hacemos a la vieja usanza de los tiempos de la esclavitud, persiguiendo a los emigrantes haitianos a caballo y usando el fuelle para someterlos a su poder como ocurrió en Los Estados Unidos. Las deportaciones deben continuar masivamente como lo estipulan las leyes dominicanas, respetando los convenios internacionales, por lo que es inadmisible la carta de Amnistía Internacional enviada al gobierno dominicano, tildándola de racista a un país que siempre ha mostrado respeto y misericordia como lo hacemos a favor de la vecina nación.

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