Bryant, uno de los más grandes campeones de la historia del baloncesto, murió este domingo a los 41 años en un accidente de helicóptero en el sur de California
Bobby Jiménez no puede contener el llanto, aún no procesa que su ídolo Kobe Bryant haya fallecido: “lo era todo para mí”.
Vestido con su camiseta de los Los Angeles Lakers, el equipo en el que Bryant jugó toda su carrera de 20 años, Jiménez se unió a cientos de fanáticos que improvisaron un altar a las afueras del Staples Center, casa del equipo californiano.
Bryant, uno de los más grandes campeones de la historia del baloncesto, murió este domingo a los 41 años en un accidente de helicóptero en el sur de California.
En el accidente murió su hija de 13 años Gianna y otros siete pasajeros.
El acceso al Staples Center, que colocó sus banderas a media asta, estaba cerrado al público este domingo debido a los premios Grammy, que allí se celebran. Pero eso no impidió que cientos comenzaran a concentrarse en la L.A. Live Plaza ubicada justo al frente.
Por momentos todos quedaban en silencio, perplejos viendo el altar con velas, flores, una zapatilla y un balón, que seguía creciendo a lo largo de la noche.
Varios llevaron camisetas de Bryant y otros pancartas con imágenes de su ídolo y mensajes como “QEPD, te amamos Kobe #24”… su legendario número.
Algunos lloraban desconsolados, como si se tratara de un familiar. De hecho, para Gennesys Cabral fue peor.
“He perdido familiares y sé que suena loco, pero creo que no dolió tanto”, dijo a la AFP. “Perder a Kobe es realmente lo más cercano a perder un familiar porque era una leyenda de Los Ángeles”.
“Te hizo creer que era posible hacer cosas que parecen imposibles”, añadió.
“Te vamos a extrañar”
Jiménez dijo que Bryant había sido un modelo a seguir cuando era niño y que una vez adulto, viajó por todo el país para verlo jugar.
“Cada desfile, aquí estuve; su último juego, aquí estuve”, indicó. “Era mi tipo”.
Tanto era su fanatismo que apenas se conoció la noticia, familiares y amigos comenzaron a llamarlo desesperados para ver cómo estaba. Jiménez iba en su auto camino a Disneyland con su hija y tuvo que estacionarse para procesar la noticia.
Su siguiente parada fue Staples. “¡Te vamos a extrañar!”, gritó para interrumpir uno de esos silencios.
“Let’s Go Kobe” (¡Vamos Kobe!) le siguieron otros, en el tono que se usa en la cancha para apoyar al equipo.
Una pantalla gigante ubicada en la L.A. Live colocó la foto de la estrella con una leyenda que decía “En memoria de Kobe Bryant 1978-2020”.
“Crecimos viéndolo jugar”, expresó Sam Krautonog, de 19 años, que llevaba una camiseta del MPLS, la referencia a la raíces de los Lakers en Minneapolis MN. “Mi abuelo tiene 82 y lloró cuando escuchó la noticia”.
Su mejor amigo, también de 19 años, dijo que su familia también estaba devastada por lo sucedido.
“Kobe iba más allá del básquetbol”, indicó, asegurando que fue uno de los afortunados que lo vio jugar por última vez.
Austin Kim, 25, llevaba una camiseta de los Lakers a pesar de ser fanático de los Clippers, el otro equipo de la ciudad.
“Pero no importa tu equipo, sabía lo que significaba Kobe para el juego, su vida será inmortal”, dijo acompañado de su pareja Carolynn Yao, 23, que tenía los ojos hinchados por el llanto. Como Krautonog, creció viendo a los Lakers.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti también rindió tributo a la leyenda, asegurando que “será recordado por siglos como uno de los grandes héroes”.
“Kobe Bryant fue un gigante que inspiró, asombró y emocionó a la gente de todas partes con su incomparable habilidad en la cancha -y nos asombró con su intelecto y humildad como padre, esposo, genio creativo y embajador del juego que amaba”, agregó Garcetti.