Por razones aún bajo investigación, la nave demoró más de lo normal en despegar y estuvo a pocos metros de chocar contra unos edificios
Los pasajeros del vuelo AD2610 se llevaron un gran susto luego de que el avión de la aerolínea Azul en el que viajaban tardara en despegar y quedara a pocos metros de estrellarse contra una serie de edificios. El incidente ocurrió el lunes pasado en el aeropuerto Congonhas de San Pablo, Brasil, en una nave que tenía como destino final Río de Janeiro.
Imágenes difundidas por redes sociales lograron captar todo el último tramo de la recorrida del avión por la pista, donde comienza a tomar velocidad pero no se separa del piso. Varios segundos más tarde entra en una zona conocida como Stopway, de un cemento especial, que permite que las ruedas se hundan y el avión frene antes de que se termine la zona aeroportuaria.
Afortunadamente, poco antes de la marca de la cabecera 17 derecha, a 100 metros del final, el avión logró levantar vuelo e inició su ascenso de forma suave y normal, dejando atrás los edificios de la Avenida Washington Luis y completando todo el vuelo sin inconvenientes. Sin embargo, de no haber sido así, la nave se habría estrellado contra la ciudad y provocado una tragedia.
Poco antes de la marca de la cabecera 17 derecha, a 100 metros del final, el avión logró levantar vuelo e inició su ascenso de forma suave y normal
Tras el incidente, la aerolínea inició una investigación para poder determinar qué fue lo que falló e impidió el despegue correcto.
El avión era un Embraer E195, con capacidad para 118 pasajeros, y casi 11 años de servicio. Por su pequeño tamaño, se asume que no llevaba tanto combustible en su tanque, por lo que no debería haber presentado dificultades para realizar la maniobra inicial.
De todas formas, expertos en aviación destacaron que Congonhas no cuenta con pistas grandes: la más larga de todas mide 1.940 metros. Esto también planteaba un desafío para el piloto, incluso habiéndosele asignado esta vía.
Luego de ver estas imágenes, los vecinos respiraron aliviados pero no pudieron evitar recordar el accidente aéreo del 17 de julio de 2007 en el que murieron los 187 pasajeros y 12 oficiales aeroportuarios.
El 17 de julio de 2007, un Airbus A320 de la brasileña TAM se estrelló durante el aterrizaje en San Pablo (EFE)
Aquel martes, el Airbus A320 de TAM a cargo del vuelo JJ3054 despegó de Porto Alegre con destino a San Pablo. Luego de un servicio que transcurrió con normalidad, la nave aterrizó en Congonhas pero los pilotos no lograron frenar y continuaron el recorrido saliéndose de la pista, atravesando la Avenida y, finalmente, estrellándose contra un hangar de la aerolínea.
Pocos segundos después la secuencia acabó con una fuerte explosión e impresionantes llamas que consumieron todo el avión. La nave acababa de recargar combustible, lo que empeoró la situación. El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos determinó en 2009 que factores humanos y técnicos causaron el accidente, considerada la mayor tragedia de la aviación comercial en Brasil, por el que nadie fue responsabilizado.
“Frustración total, es lo que siento, queríamos justicia pero es David contra Goliat”, dijo el familiar de una de las víctimas al cumplirse 10 años del hecho. “La decisión realmente causa sorpresa porque hubo problemas en la pista el día anterior, había relatos de peligro (…) hubo negligencia”, sumó un hombre que perdió a su hija de 14 años. En tanto, desde la Asociación de Familiares de las Víctimas del Vuelo sostuvieron que “la justicia fue manipulada” y hablaron de una serie de elementos como flaps, manillas y el peso, que sustentan sus declaraciones.