Sarah Gilbert, la científica británica que lidera un equipo de 300 personas en la Universidad de Oxford, dijo que aún resta resolver tres pasos para poder asegurar que esté lista. Cuáles son
La vacuna COVID-19 de la Universidad de Oxford que se producirá localmente en Argentina y que ha tenido tanta repercusión en las últimas horas en virtud a versiones sobre su posible lanzamiento para finales de año, no tiene certeza de esto último, según expresó un vocero del desarrollador a Medscape, la plataforma especializada en ciencias.
La mencionada vacuna, que obtuvo la licencia de AstraZeneca, ha obtenido respuesta inmune en ensayos clínicos en etapa inicial, según los últimos datos oficiales, lo que renovó las esperanzas de tener una herramienta a nivel mundial para luchar contra el coronavirus en lo que queda del presente año.
Según un documento publicado por Jama,medio oficial de la Asociación Médica de Estados Unidos, “las vías del desarrollo de vacunas se están adaptando de maneras que no se podrían haber predicho ni siquiera hace un año. La rápida identificación de objetivos inmunogénicos de un nuevo coronavirus, el aprovechamiento de plataformas de vacunas experimentales y la trágica naturaleza de una pandemia en curso han creado un caldo de cultivo fértil para la innovación. Aunque se desconoce el éxito final de una vacuna candidata, o candidatas, es probable que los cambios en el campo de la vacunación que han traído estas exigentes circunstancias aquí se queden”. Una serie de variables que permitiría pensar en la proximidad de un resultado exitoso.
Aún así, Sarah Gilbert, la científica británica especialista en vacunas co-fundadora de Vaccitech, quien lidera un equipo de 300 personas en la Universidad de Oxford en investigaciones para la vacuna del SARS-CoV-2 asociadas con la farmacéutica británico-sueca AstraZeneca, declaró en un webinar convocado por la revista Science que “el objetivo de fin de año para el lanzamiento de la vacuna, es una posibilidad, pero no hay absolutamente ninguna certeza al respecto porque necesitamos que sucedan tres cosas”.“Las posibilidades de que obtengamos una vacuna antes de Navidad que en realidad sea muy eficaz son, en mi opinión, muy bajas” (REUTERS)
La especialista declaró que esos tres puntos implican demostrar el funcionamiento de la vacuna en ensayos de última etapa, que se fabrique en grandes cantidades y que los reguladores acepten rápidamente la licencia para uso de emergencia antes de que se pudiera vacunar a un gran número de personas. Al mismo tiempo, en una declaración oficial desde la Universidad de Oxford se indicó que “todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que podamos confirmar si nuestra vacuna ayudará a manejar la pandemia de COVID-19, pero estos primeros resultados son prometedores”.
El director médico de Inglaterra, Chris Whitty, y su adjunto, Jonathan Van-Tam, expresaron discrepancias y concordancias frente a la cautela de Gilbert. “Las posibilidades de que obtengamos una vacuna antes de Navidad que en realidad sea muy eficaz son, en mi opinión, muy bajas”, dijo Whitty en una presentación de rutina a los legisladores.
Van-Tam, por su parte, apostó por la buena fortuna, indicó estar “cautelosamente optimista de que tendremos alguna vacuna en este lado de la Navidad”.
El ministro de salud británico, Matt Hancock, en tanto, intentó moderar optimismos y pesimismos al expresar frente al comité parlamentario destinado a seguir paso a paso la temática que a pesar de ser un “optimista en la vida” por lo que llamó el mejor escenario posible para recibir una vacuna para Navidad, no podía “prometer jugar a Papá Noel”.
Los científicos de Oxford habían indicado que estarían produciéndose un millón de dosis de la posible vacuna para septiembre. Aunque AstraZeneca ha expresado públicamente su capacidad para poder fabricar dichas dosis, la reducción de contagios en Gran Bretaña estaría complicando la pruebas de eficacia de la vacuna.
“Las vacunas más rápidas del pasado que han llegado a la aprobación de la FDA (no de fabricación, sino solo de aprobación) han tardado más de 5 o 6 años”, indicó Art Caplan, de la División de Ética Médica de la Escuela de Medicina Grossman de New York. “Necesitamos velocidad de urdimbre para una vacuna segura y eficaz. Tenemos que correr para encontrar una vacuna segura y eficaz. No estoy a favor de ir lento, pero sí para asegurarme de que el público sepa que no se va a poner en riesgo”, completó.
En Brasil y Argentina, tal como se hizo público oficialmente, se están llevando a cabo ensayos de última etapa, cruciales para proporcionar datos, y se prevé que también se inicien en Estados Unidos; así como la producción de las vacunas.
Si bien no existe aprobación definitiva de vacunas para COVID-19, la Organización Mundial de la Salud ha dicho que la propuesta de Oxford es una de las serias candidatas a lograrlo.
Algunas preguntas y respuestas sobre esta vacuna:Los científicos de Oxford habían indicado que estarían produciéndose un millón de dosis de la posible vacuna para septiembre (REUTERS)
¿Cuántas dosis habrá que aplicarse?
Todavía se deben realizar pruebas más masivas para terminar de definirlo, pero se estima que serán dos. Los resultados de los estudios publicados hasta el momento indican que la primera dosis otorgó un 91% de inmunidad y un 100% tras la segunda. “Vimos la respuesta más fuerte en los participantes que recibieron dos dosis de la vacuna, lo que indica que esta podría ser una buena estrategia”, indicó el profesor Andrew Pollard, profesor de Infectología e Inmunidad Pediátrica de la Universidad de Oxford.
¿Cuánto durará la inmunidad?
No se sabe con exactitud, ya que todavía se encuentra en etapa de investigación. Lo que sí demostraron los estudios realizados hasta ahora es que “a la semana de completar el esquema (de dos dosis) la persona ya tendría respuesta de anticuerpos como para estar protegida”.
Hasta el momento, se estima que serán necesarias dos dosis para alcanzar el 100% de inmunidad (REUTERS/Dado Ruvic).
¿En qué fase de su desarrollo se encuentra?
La vacuna de Oxford-AstraZeneca está en fase 3, habiendo superado con éxito las primeras dos. “La fase 1 midió fundamentalmente la seguridad y la fase 2 midió la respuesta de anticuerpos e inmunidad celular, es decir, la protección”, explicó a Infobae la infectóloga pediatra Ángela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
De todas formas, el Ministro de Salud anticipó que no van a esperar a que se complete esta etapa para comenzar a fabricarla. “Antes de que se termine la fase 3, va a empezar la producción. Si sale mal, es a pérdida”, dijo González García.
¿Tiene efectos adversos?
“Los eventos adversos han sido generalmente pocos: algo de fiebre, puede aparecer dolor de cabeza o decaimiento, pero fácilmente superables”, indicó la infectóloga Ángela Gentile. A su vez, los voceros de AstraZeneca y los científicos de Oxford le aseguraron a Infobae: “Los datos de fase I / II muestran que la vacuna no condujo a ninguna reacción inesperada y tuvo un perfil de seguridad similar a las vacunas anteriores de este tipo”.
¿Por qué es el proyecto más prometedor hasta el momento?
“Los resultados son muy alentadores. Nos dicen que esta vacuna es la más avanzada y es la que más información publica en la medida que avanza, lo que es muy importante para los científicos”, consideró en diálogo con este medio Ricardo Rüttimann, miembro de la Fundación del Centro de estudios Infectológicos (FUNCEI), de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y experto en desarrollo de vacunas, sintetizando los dos aspectos que destacan a este desarrollo: la inmunidad obtenida en las fases anteriores y la transparencia a la hora de informar esos resultados.