El régimen aplicó severas restricciones al uso de energía en grandes extensiones de la nación, mientras crece la preocupación a nivel mundial por el posible impacto en la cadena global
Una ola de apagones sin precedentes está golpeando a gran parte de China a raíz de la creciente escasez de energía. Esto, a su vez, está obligando a las fábricas locales a reducir la producción, lo que amenaza con ralentizar una economía que viene agobiada por la crisis inmobiliaria y de deuda.
Si bien los problemas energéticos se vienen registrando desde hace semanas, en la última semana han ido en ascenso. Según lo consignado por Foreign Policy, 20 de las 31 provincias y regiones continentales se vieron obligadas a cortar la electricidad de forma intermitente, provocando cierres de fábricas y apagones en miles de hogares.
La capital Beijing, incluso, puso en marcha en las últimas horas un plan de racionamiento de energía ante esta situación. Una situación que era habitual en la década de los 2000, cuando los cortes eran rutinarios, pero que luego se estabilizó en los últimos diez años.
Los recientes apagones han dejado a los residentes de los grandes rascacielos sin ascensores y han causado problemas de tráfico en varias ciudades del país.
Muchos hogares e instituciones cuentan con sus propios generadores. No obstante, el problema no pasa por la capacidad de esos generadores, sino por los incentivos económicos y gubernamentales. El 56% de la energía de China procede del carbón, y los precios del carbón térmico se han duplicado con creces en todo el mundo tras el impacto inicial de la pandemia. En esa línea, remarca la revista norteamericana, la prohibición china del carbón australiano no ha ayudado.
Mientras en gran parte de los países estos precios se trasladarían a los consumidores, China limita estrictamente el precio máximo de la electricidad, lo que obliga a los generadores a reducir su oferta o a cerrar antes de perder dinero.
Por ese motivo, los gobiernos locales se han esforzado por cumplir los objetivos impuestos por el régimen chino de doble control del consumo energético, que exige a los gobiernos restringir el consumo total de energía y mostrar una relación favorable entre el consumo de energía y la productividad.
Este miércoles las autoridades exigieron que las compañías ferroviarias y las autoridades locales mejoren los envíos de vitales suministros de carbón a las empresas de servicios públicos, en momentos en que las regiones clave para la economía del país sufren cortes de energía que han paralizado la producción industrial.Algunos centros comerciales y negocios se vieron obligados a cerrar anticipadamente por los cortes (Foto: REUTERS/Aly Song)
La orden, transmitida por el poderoso planificador estatal de China, ocurre después de que una combinación de suministros de carbón escasos, reglas más estrictas de emisiones y una fuerte demanda de fabricación hicieron escalar los precios del combustible, la mayor fuente de electricidad del país, mientras se acerca la temporada de invierno.
Las autoridades aplicaron restricciones al uso de energía en grandes extensiones del país, especialmente en tres provincias del noreste que albergan a casi 100 millones de personas. La ciudad de Huludao, por ejemplo, ordenó a sus residentes que no usen aparatos electrónicos de alto consumo de energía, como calentadores de agua y hornos microondas, durante los períodos de mayor consumo.
“Si hay un corte de energía en el invierno, tampoco tendremos calefacción”, dijo Fang Xuedong, de 32 años, conductor de reparto en Shenyang, la capital de la provincia de Liaoning, a unos 90 minutos de vuelo al noreste de Beijing.
“Tengo un niño y una persona mayor en casa, si no hay calefacción, eso es un problema”, explicó a la agencia Reuters.
La alarma entre los residentes por la escasez de energía, ahora en su segunda semana, llevó al planificador estatal, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC), a pedir a las autoridades, firmas de energía y compañías ferroviarias locales que refuercen los envíos de carbón para satisfacer el consumo de los hogares, ante “la fuerte demanda de calefacción durante la temporada de invierno”.
“Cada empresa ferroviaria debe fortalecer el transporte de carbón a las centrales eléctricas (servicios públicos) con un inventario de menos de siete días y lanzar un mecanismo de suministro de emergencia de manera oportuna”, dijo la NDRC.
China, el principal consumidor de carbón del mundo, importó un total de 197,69 millones de toneladas en los primeros ocho meses de 2021, una baja de 10% interanual. Pero las importaciones de carbón de agosto aumentaron en más de un tercio debido a la escasez de suministros domésticos.
Esta semana, los funcionarios han tratado reiteradamente de garantizar a los residentes que habrá energía para uso doméstico y calefacción durante el invierno.La crisis energética de China amenaza la cadena global (Foto: REUTERS/David Gray)
Pero el racionamiento de energía se ha implementado durante las horas pico en muchas partes del noreste de China desde la semana pasada, con informes de noticias y publicaciones en las redes sociales que señalan cortes de semáforos y caídas de redes de comunicaciones 3G en la región.
China está considerando subir los precios de la energía industrial para aliviar la crisis del suministro, informó Bloomberg News el miércoles, citando fuentes no identificadas.
La NDRC dijo más tarde el miércoles que el régimen no evitará que las tarifas de la electricidad aumenten dentro de un rango razonable y que les permitiría reflejar los fundamentos del mercado y los cambios en los costos.
Las restricciones también continúan afectando a la industria pesada, como la producción de metales y las fábricas. Un documento interno de un importante fabricante de componentes tecnológicos en China -revisado por Reuters– dijo que más de la mitad de su producción diaria en Kunshan, en la provincia industrial oriental de Jiangsu, había sido suspendida desde principios de esta semana.
La grave crisis energética también frenó la producción en muchas plantas que suministran a compañías como Apple y Tesla, mientras que algunos negocios se vieron obligados a operar a la luz de las velas y algunos centros comerciales cerraron anticipadamente.