El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó encabezó la revolución de 1965.
La Revolución de Abril de 1965, hace hoy 55 años y que propugnaba la vuelta a la constitucionalidad, es uno de los hechos más relevantes en la historia del país.
El gobierno de Juan Bosch, quien asumió el 27 de febrero de 1963 y fue derrocado por las Fuerzas Armadas en septiembre, se fundamentaba en cuatro grandes prioridades: 1) el respeto pleno a la independencia de los poderes del Estado, 2) el respeto pleno a los derechos civiles y políticos de todos los ciudadanos, 3) la utilización honrada y eficiente de los poderes y fondos públicos y 4) la igualdad de oportunidades para todos.
Tras el golpe de estado fue instalado un gobierno civil integrado por Emilio de los Santos, Ramón Tapia Espinal y Manuel Tavares Espaillat. Bosch salió exiliado hacia Puerto Rico.
Tras el alzamiento del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, la cabeza del triunvirato, Emilio de los Santos, renunció, siendo sustituido por Donald Reid Cabral, quien asumió la presidencia y sumió al país en la crisis e inestabilidad.
La revolución
El sábado 24 de abril de 1965 un grupo de militares y policías, encabezados por el coronel Rafael Fernández Domínguez, se sublevaron en los campamentos militares 16 de Agosto y 27 de Febrero, dando el golpe de estado al Triunvirato y al gobierno de Donald Reid Cabral.
En las primeras horas de la mañana del domingo 25 de abril los militares constitucionalistas entraron a la ciudad de Santo Domingo y obligaron a renunciar a Reid Cabral y se anunció el restablecimiento de la Constitución y el regreso del profesor Juan Bosch.
El general Elías Wessin y Wessin, jefe de la base aérea de San Isidro, ordenó bombardear el Palacio Nacional, siendo apoyado por la Marina de Guerra, lo que obligó a los constitucionalistas a trasladarse hacia la Zona Colonial.
El presidente Rafael Molina Ureña y miembros del alto mando constitucionalista, entre los que se encontraban los coroneles Rafael Fernández Domínguez y Caamaño Deñó, así como un grupo de dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano, se dirigieron a la embajada de los Estados Unidos a buscar su mediación, pero la respuesta del embajador William Tapley Bennett fue que se rindieran ante Wessin y Wessin, a lo que Caamaño Deñó respondió que continuarían luchando. Tras la batalla del puente Duarte, las fuerzas de San Isidro no logran penetrar a la ciudad de Santo Domingo, asegurando la victoria de los constitucionalistas
Pero el miércoles 28, el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, anunció el envío a la República Dominicana de 400 infantes de marina, como parte de un contingente de 42,000 que ocuparon el país para evitar el triunfo definitivo de las fuerzas constitucionalistas del coronel Caamaño Deñó.