La tecnología de ARN mensajero permite modificar el inoculante con una rapidez sin precedentes y los científicos también ajustan versiones para las variantes alfa, beta, gamma, delta, épsilon, lamda y theta del COVID-19
BioNTech, la empresa alemana que se asoció con Pfizer para fabricar la primera vacuna contra el COVID-19 aprobada, acelerará este mes las pruebas para determinar si una forma modificada de su inoculación puede proteger mejor contra la variante Delta, mucho más contagiosa.
El ensayo clínico, cuyos resultados se anticipan para el cuarto trimestre, también examinará si resulta eficaz una combinación de inyecciones que incluya una vacuna diseñada para la variante Delta y otra para la cepa original del virus descubierto por primera vez en Wuhan.
Özlem Türeci, cofundadora y directora médica de BioNTech, explicó que la vacuna se puede adaptar a las nuevas cepas con una rapidez sin precedentes gracias la tecnología de ARN mensajero utilizada por la empresa. Esta tecnología usa el código genético de la proteína espícula del virus SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, para enseñarle al cuerpo a producirla y, por ende, aprender a combatirla.
“La vacuna que estamos usando ahora tiene la proteína de pico original, y lo único que básicamente necesitamos hacer es cortar esta parte y tomar la proteína de pico de la variante Delta”, dijo la científica al medio Fast Company.
La tecnología de ARNm “puede servir como lo que se llama tecnología de plataforma, lo que significa que si simplemente haces un cambio en una secuencia del código, la tecnología es tan estable que todo lo demás permanece básicamente igual”, agregó. “Por lo tanto, en la fabricación, no es necesario cambiar demasiadas cosas que debe discutir con los reguladores y demostrar que existe un control de calidad. Puede utilizar el proceso original”.Özlem Türeci, cofundadora y directora médica de BioNTech (John Thys /via REUTERS)
De esta manera, desarrollar una nueva versión de la vacuna puede llevar apenas unas semanas.
“Si se tiene la secuencia, en principio, podemos hacer la vacuna en menos de cuatro semanas”, dijo Uğur Şahin, director ejecutivo de BioNTech y también cofundador de la empresa. “Con todas las pruebas que se requieren, nos lleva menos de 100 días enviar realmente la vacuna”. En proceso, agregó, “se acortará con el tiempo, porque todo se mejorará y se acelerará. Ese es realmente el poder de la tecnología: puedes ser extremadamente rápido“.
No obstante, por el momento BioNTech cree que no será necesario modificar la vacuna para apuntar a la variante Delta, ya que una tercera dosis de refuerzo es suficiente para aumentar “fuertemente” la protección contra esta cepa. Por razones prácticas, si es eficaz, es un proceso más fácil que hacer una vacuna completamente nueva.La estructura del coronavirus, con las característica proteína en forma de espícula en su superficie (CDC/Alissa Eckert, MSMI, Dan Higgins, MAMS. Foto a través de Smith Collection/Gado/Getty Images)
Eso no quiere decir que las variantes futuras no cambiarán esta postura: el lunes, Şahin dijo que era “muy posible que en los próximos seis a 12 meses, surjan más variantes que requieran la adaptación de la vacuna”.
Por eso, BioNTech está probando versiones de la vacuna para todas las cepas, incluidas alfa, beta, gamma, delta, épsilon, lamda y theta.
“Lo estamos probando y evaluando continuamente, y también tenemos un enfoque particular en la variante lambda, que surgió en América del Sur”, dijo Şahin. “Este es realmente un enfoque en el que evaluamos y evaluamos globalmente qué tipo de variantes están surgiendo, y lo estamos evaluando desde el principio. Estamos preparando la columna vertebral de ADN para asegurarnos de que, si fuera necesaria una nueva variante de vacuna, podamos actuar con rapidez“.