El vicepresidente de los Estados Unidos, a cargo del esfuerzo gubernamental contra la enfermedad, realizó el anuncio en el marco de una conferencia de prensa este lunes
El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, indicó este lunes que un tratamiento contra el coronavirus podría estar disponible para mediados de 2020 -durante el verano en el hemisferio norte-, pero advirtió que la vacuna llegaría para el final del año, o el principio del 2021. El anunció de Pence, a cargo de liderar los esfuerzos gubernamentales contra el avance de la enfermedad en el país, tuvo lugar en el marco de una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Hacia la tarde del lunes (hora local) las autoridades médicas estadounidenses habían registrado 100 casos positivos de coronavirus, mientras que ha habido un total de seis muertes. Todas tuvieron lugar en el estado de Washington, en la región noroeste del país, cuatro de ellas el lunes.
La mayoría de los afectados son pacientes de edad avanzada, muchos de ellos con enfermedades preexistentes, indicaron las autoridades de King County, donde se encuentra la ciudad de Seattle. También advirtieron que esperan que la cantidad de casos siga subiendo durante los próximos días.
“El riesgo de que todos nosotros seamos infectados seguirá subiendo. Y aunque la mayoría de los casos serán moderados o suaves, la infección puede causar una enfermedad seria y existe el potencial de que mucha gente se enferme al mismo tiempo”, advirtió el doctor Jeff Duchin, responsable de la salud pública en Seattle y el condado King, en diálogo con AFP.
En paralelo, a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó hoy que el número de casos totales de coronavirus en el planeta asciende a 88.948, de los cuales 80.174 corresponden a China y 8.774 al resto del mundo.
Este recuento refleja que en las últimas 24 horas se han registrado un total de 1.804 casos adicionales, de los cuales 206 tuvieron lugar en China y 1.598 en otros países. Desde hace ya varios días la curva de nuevos casos en el país asiático, epicentro del brote, es descendente, en contraste con lo que sucede fuera de sus fronteras.
De hecho, la cifra de hoy significa que los nuevos contagios en el exterior del territorio chino multiplicaron por ocho los registrados dentro del gigante asiático.
La OMS indicó también que el COVID-19 ha causado hasta el momento 2.915 muertes en China y 128 fuera de este país, es decir, 42 y 24 más que en la víspera. En total, en consecuencia, la cantidad de personas que han perdido la vida como consecuencia de la nueva enfermedad asciende a 3.043.
Fuera de China, y además de Estados Unidos, los países más afectados son Corea del Sur (4.335 casos, 28 muertes), Italia (2.036 casos, 52 muertes) e Irán (1.501 casos, 66 muertes). No obstante, las cifras de la teocracia islámica han sido cuestionadas. El 28 de febrero, un reporte de BBC Persia informó que la cifra real en ese día ascendía a al menos 210.
Una cantidad proporcionalmente significativa de los casos corresponden a funcionarios públicos, entre ellos la vicepresidente para Asuntos de la Mujer y de la Familia Masumeh Ebtekar, el viceministro de salud Iraj Harirchi -cuya imagen recorrió el mundo luego de que se lo viera debilitado y transpirando durante una conferencia de prensa- y al menos dos parlamentarios.
Un equipo de la OMS llegó hoy a Teherán para analizar el brote en el territorio iraní, el segundo con mayor cantidad de muertes detrás de China.