Más de 50.000 personas han fallecido y casi 210.000 se han recuperado tras contraer el COVID-19, la enfermedad surgida hace cuatro meses en el centro de China y que se ha esparcido por el planeta
La cifra total de contagios por coronavirus en todo el mundo superó este jueves el millón de personas, según el sitio web de la universidad Johns Hopkins, que provee estadísticas en tiempo real en base a datos oficiales de los diferentes países. Al momento, más de 50.000 personas han muerto como consecuencia de la pandemia y casi 210.000 se han recuperado.
La impresionante cifra muestra la aceleración cada vez mayor en la expansión del virus, que tardó menos de 24 horas en pasar de los 900.000 casos al millón, cuando había requerido 12 días para crecer de los primeros 100.000 infectados (el 5 de marzo) a los 200.000 (17 de marzo).
El brote de COVID-19, un nuevo tipo de coronavirus que se cree tiene su origen en la fauna silvestre, comenzó en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, y rápidamente se comenzó a esparcir por el país asiático y luego el mundo.
Corea del Sur fue uno de los primeros países en ser golpeados luego de que el coronavirus saltara las fronteras chinas. Al poco tiempo se registraron fuertes focos también en Irán y luego en Italia, que se convirtió en ese momento en el nuevo centro de la pandemia, y aún sigue siendo el país con más muertos.
De hecho toda Europa ha sido muy golpeada por la enfermedad, especialmente España, Francia y el Reino Unido, además de Italia.
Luego, el coronavirus avanzó con fuerza en los Estados Unidos, que registran al momento más contagiados que ningún otro lugar y se han convertido en el epicentro actual de la pandemia. Casi un cuarto de los casos tienen lugar en los Estados Unidos, y otro en Italia y España, con más de 115.000 y 110.000, respectivamente.
La lúgubre lista de muertes es encabezada por Italia, que el jueves había reportado casi 14.000. Lo siguen España (10.096), Estados Unidos (5.648), Francia (más de 5.400) y China (3.322).
Pero lo cierto es que el COVID-19 ha llegado a un total de 180 países en casi todos los rincones del planeta, incluyendo también a América Latina, África y Oceanía.
En respuesta, casi todos los gobiernos han optado por implementar distintas medidas de aislamiento social, en algunos casos ordenando cuarentenas masivas y obligatorias, en un intento de contener el avance del virus. Estas cuarentenas y restricciones han resultado parcialmente útiles para contener el crecimiento exponencial de los contagios, aunque han generado también polémica por el alto costo económico del bloqueo, el cual para muchos podría resultar aún peor que los efectos de la enfermedad.
Al respecto, poco se conoce con certeza sobre el comportamiento de este nuevo coronavirus, que ha impactado en forma diferente en distintas sociedades generando tasas de mortalidad que van desde el 1,2% en Alemania a cerca del 12% en Italia, aunque esto depende en gran medida de la voluntad y capacidad de los gobiernos de realizar pruebas para determinar la cantidad real de infecciones.
Aunque hay consenso sobre su enorme capacidad de contagio, así como frente a su mayor impacto en las personas de edad avanzada y en aquellas con problemas médicos preexistentes, especialmente diabetes, hipertensión y dificultades respiratorias.