La familia se encontraban entre los más de 9,200 fallecidos, de los cuales 7,108 se registran en Turquía
Una pareja de Queens y sus hijos pequeños se encontraban entre los más de 9,200 fallecidos, de los cuales 7,108 se registran en Turquía y 2,092 en Siria. Además, hay más de 42,000 heridos y muchos de los servicios básicos en la región están destruidos.
Burak Firik, de 35 años, dejó su trabajo recientemente para poder pasar más tiempo con su familia y viajar. Hace un mes Firik y su esposa Kimberly, de 32 años, y sus hijos, Hamza, de 2 años, y Bilal, de 1, salieron de su casa en Corona, Queens, para visitar a la familia de Burak en Elbistan, Turquía, dijeron familiares, reseñó PIX11.
Los Firik estaban en el último piso de un edificio de cinco pisos cuando el lunes temprano se produjo el terremoto de 7,8. Salma Salazar, la hermana de Kimberly, estuvo en Corona con su familia. Esperaron noticias, desesperados por determinar si sus seres queridos habían sobrevivido al peor terremoto que azotó la región en 100 años.
Estaban recibiendo actualizaciones del padre de Firik, quien estaba en Turquía durante el terremoto, dijo Salazar. El padre de Firik estaba en su automóvil y vio cómo se derrumbaba el edificio con su familia todavía adentro. Los equipos de rescate atravesaron los escombros del edificio para ayudar a recuperar a los sobrevivientes.
Aproximadamente una docena de miembros de la familia se reunieron y oraron en la modesta casa de Salazar el martes. Salazar habló con gran orgullo sobre su hermana mayor, quien se especializó en biología en City College, y su cuñado, un graduado de la Universidad de Columbia que había trabajado como ingeniero de software para Amazon.
Terremoto en Turquía
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7.7 y 7.6, el último recuento oficial sitúa la cifra de heridos en más de 38,200. Los equipos de ayuda han logrado rescatar a unas 8,000 personas con vida de los casi 6,000 edificios destruidos.
Los rescatistas se esfuerzan por acelerar los trabajos para salvar a quienes permanecen bajo los escombros con temperaturas gélidas de hasta -6 grados y con las infraestructuras básicas muy dañadas.
En numerosas zonas afectadas en Turquía los vecinos critican que no ha llegado ayuda alguna, las familias no pueden volver a sus viviendas incluso cuando siguen en pie por el temor a derrumbes y servicios básicos como el agua, la electricidad y la calefacción han dejado de funcionar en pleno invierno.