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El Vaticano va a “paso lento” para designar obispos en RD

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El Vaticano se ha tomado su tiempo para la designación de los obispos ordinarios de la diócesis de La Vega y la de Baní, ambas con más de un año siendo dirigidas por administradores apostólicos, mientras que el clero y la feligresía de esas demarcaciones eclesiásticas permanecen a la espera de una definición.

La situación ha vuelto a ponerse en la mira porque el próximo 25 de agosto estará presentando su renuncia el actual obispo ordinario de la diócesis de Mao-Montecristi, Diómedes Espinal, quien ese día estará cumpliendo los 75 años fijados por el Código Canónico como edad límite para hacerlo de manera obligatoria.

Eso no implica que necesariamente monseñor Espinal deje la administración de la diócesis de inmediato porque el Vaticano tiene la facultad de aceptar la renuncia cuando lo estime conveniente.

Incluso, en el caso de los ordinarios, la tradición es que se le acepte hasta luego de un año de haberla presentado.
La diócesis de Baní, desde la renuncia de monseñor Víctor Masalles, ha estado bajo la dirección del administrador apostólico monseñor Faustino Burgos. Burgos, quien también es vicario general de la arquidiócesis de Santo Domingo y obispo auxiliar de la misma, fue designado para este rol por el Vaticano.

Faustino Burgos
Monseñor Burgos es un sacerdote de la congregación fundada por San Vicente de Paúl que tiene como carisma el trabajo con los pobres. Empezó a conocerse al nivel nacional cuando fue designado como obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo.

Además de administrar la diócesis de Baní, monseñor Burgos funge como secretario general de la Conferencia del Episcopado Dominicano, por lo que se da como un hecho que sea una de las figuras consideradas por el Vaticano para ser designado como obispo titular en una de las plazas vacantes que tiene la Iglesia dominicana.

Situación similar se presenta en la diócesis de La Vega. Tras la designación de monseñor Héctor Rafael Rodríguez Rodríguez como arzobispo de Santiago, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán asumió como administrador apostólico. La transición se produjo después de que el anterior arzobispo de Santiago, Freddy Bretón, renunciara al alcanzar la edad de 75 años, conforme a las normas del Código de Derecho Canónico.

Monseñor Morel Diplán es obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santiago, pero se ha instalado en La Vega para cumplir sus responsabilidades como administrador apostólico.

Piergiorgio Bertoldi, nuncio apostólico en RD.

Las dos diócesis que tienen sedes vacantes son administradas por obispos auxiliares de las capitales de las dos provincias eclesiásticas, las arquidiócesis de Santo Domingo y la de Santiago.

Otras plazas vacantes
En Santo Domingo también a uno de sus obispos auxiliares, monseñor Benito Ángeles, le fue aceptada su renuncia al cumplir los 75 años y no se ha designado un sustituto, lo cual podría no producirse en los próximos meses.

En ese caso sólo monseñor José Amable Durán permanece como obispo auxiliar de Santo Domingo a tiempo completo, ya que monseñor Faustino Burgos tiene la triple función de vicario general de esta demarcación, secretario general de la Conferencia del Episcopado Dominicano y administrador apostólico de Baní-San Cristóbal.

Otra diócesis que podría quedar vacante en los próximos meses es la de Puerto Plata, debido a los problemas de salud que confronta su obispo Julio César Corniel, quien ya prácticamente no participa en actividades públicas.

Procedimiento de designación
Relevo. El Código de Derecho Canónico establece que los obispos deben presentar su renuncia al Papa al cumplir 75 años. Este proceso es una medida para garantizar que los líderes de la Iglesia estén en condiciones óptimas para ejercer sus funciones pastorales.

Una vez aceptada la renuncia, el proceso para la designación de un nuevo obispo incluye consultas a diversos miembros del clero y laicos, seguida de una recomendación por parte de la congregación para los obispos en el Vaticano y, finalmente, la decisión del Papa.

En todo ese proceso juega un rol protagónico el nuncio apostólico de turno, quien es el que debe enviar al Vaticano los informes y las ternas para la escogencia de nuevos obispos o el traslado si los candidatos ya han recibido la ordenación episcopal.

La situación de las diócesis sin obispos ordinarios en la República Dominicana subraya la necesidad de una mayor celeridad en los nombramientos por parte del Vaticano.

Mientras tanto, los administradores apostólicos y el clero local continúan trabajando para mantener la estabilidad y la continuidad de la vida pastoral en sus respectivas diócesis.

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