El triunfo virtual de Luis Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, adjudicado por los conteos rápidos de dos encuestadoras, fue reconocido este lunes por políticos como su principal contrincante, el expresidente Carlos Mesa, a la espera aún de los resultados oficiales de los comicios generales.
Las felicitaciones a Arce se sucedieron durante esta jornada, empezando por presidentes latinoamericanos aliados del MAS, como el argentino Alberto Fernández, el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el venezolano Nicolás Maduro, además de entidades internacionales como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA).
En la víspera ya le había felicitado la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, con base en los sondeos que auguran un triunfo de Arce con más del 50 % de la votación, un porcentaje suficiente para evitar la segunda vuelta con Carlos Mesa.
A falta de resultados oficiales, el exmandatario boliviano (2003-2005) asumió ante los medios en La Paz que el exministro será ganador de las elecciones en Bolivia y su formación Comunidad Ciudadana encabezará la oposición para el periodo 2020-2025.
Mesa confió en estar a la altura desde la oposición, sin sentirse triste, sino agradecido por el apoyo de una parte del electorado.
Quien aún se aferra al conteo oficial es el exlíder cívico Luis Fernando Camacho, que según los sondeos quedó tercero muy por debajo de Arce y Mesa.
Según esos mismos datos, Camacho ratificó que su bastión es Santa Cruz, su región de origen, con casi la mitad del apoyo de los electores, pero ese resultado contrastó con las bajas cifras en las otras ocho regiones bolivianas.
El político evitó referirse a la victoria que ya celebra Arce, pero sí destacó que Santa Cruz “demostró su vocación democrática” y es “el bastión” de la democracia boliviana, además de que “por primera vez” en su historia tendrá una “bancada digna” de legisladores esta región.
Santa Cruz es el departamento más poblado de bolivia con más de tres millones de habitantes y centro económico del país.
En los días previos a la elección del pasado domingo una parte de la opinión pública presionó a Camacho para que declinara su candidatura, a fin de evitar que el MAS de Evo Morales regrese al Gobierno, a lo que el exlíder cívico replicó este lunes que retirarse “es de cobardes”.
AVANCE LENTO
Pasadas las 20.00 hora local (00.00 GMT del martes) y con cerca del 36,4 % de votos escrutados, el cómputo oficial muestra a Arce con el 42,4 % y Mesa con el 36,5 %.
Estos porcentajes suponen que habría segunda vuelta entre ambos, pues ninguno alcanza el 50 % más uno de los votos ni el 40 % con diez puntos de ventaja sobre el siguiente, que se necesitan para ganar en primera, pero se espera que a medida que avance se confirme a victoria del MAS.
Camacho aparece con el 18,9 %, el pastor presbiteriano Chi Hyun Chung con el 1,5 % y el minero Feliciano Mamani con el 0,5.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, compareció en la noche hora local ante los medios para una nueva evaluación del proceso electoral en la que reconoció que el conteo de votos es lento debido a que se buscó que primase su fiabilidad sobre la rapidez.
Romero sostuvo que aunque la ley permite que pueda durar hasta el próximo fin de semana, el compromiso es que los resultados estén antes, para que en los primeros quince días de noviembre puedan posesionar las nuevas autoridades y “entren en funciones rápidamente”.
El presidente del TSE destacó que ese organismo cumplió con la “exigencia fundamental” del proceso que era tener una elección “limpia y transparente”, con un resultado reconocido por los actores políticos, la sociedad y la comunidad internacional.
También resaltó que se sentaron las bases para la “reconstrucción de la confianza” en el órgano y el proceso electoral, que quedaron “dañados” tras los fallidos comicios de 2019, anulados en medio de denuncias de fraude a favor de la reelección de Evo Morales que son investigadas penalmente y él siempre ha negado.
El nivel de participación en los comicios, para los que estaban habilitados unos 7,3 millones de electores, llegó al 87 %, una de las medias más altas en unas elecciones en Bolivia e incluso en América Latina en el siglo XXI, según Romero.
En Bolivia el voto es obligatorio para los mayores de edad residentes en el país, bajo sanciones económicas además de la inhabilitación por tres meses para hacer cualquier trámite bancario o con el Estado.
Por ello, miles de bolivianos hicieron largas filas en oficinas del registro civil, en busca de un certificado que les salve de esta “muerte civil” temporal por no haber votado.