De acuerdo a datos aportados por la Universidad Johns Hopkins, este domingo el número de infectados por coronavirus asciende a casi tres millones, mientras que el índice de muertos se eleva a 206.055. Sin embargo, un análisis del Financial Times indica que el balance de fallecidos podría ser un 60% más alto al reportado en los recuentos oficiales.
El estudio consistió en calcular el índice de muertos en 14 países. Pero no solamente muertos por coronavirus, sino el número general de fallecidos en las mismas semanas del brote en marzo y abril de este año. Esas cifras luego fueron comparadas con el promedio del mismo periodo entre 2015 y 2019.
Las estadísticas mostraron que se registraron 122.000 muertos por encima de los niveles normales en esos países (Austria, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra y Gales, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia, Suiza, Ecuador, Indonesia y Estados Unidos). Ese total representa un aumento del 50% de la mortalidad general en relación con el promedio histórico de los lugares analizados.
Además, esa cifra es “considerablemente más alta que las 77.000 muertes oficiales por COVID-19 notificadas para los mismos lugares y periodos de tiempo”.
“Si el mismo nivel de subregistro observado en estos países se produjera en todo el mundo, el número de muertes por COVID-19 a nivel mundial aumentaría del actual total oficial de 201.000 a una cifra tan elevada como 318.000”, señala Financial Times.
Salvo en Dinamarca, en el resto de los países estudiados el balance de muertos “superó con creces el número oficial de muertes por coronavirus”. En esa línea, el periódico británico indicó que la exactitud de las estadísticas oficiales de defunción por el virus se ve limitada por la eficacia con que un país realiza las pruebas para confirmar los casos de COVID-19.
Según el análisis, el número total de muertes aumentó 60% en Bélgica, 51% en España, 42% en los Países Bajos y 34% en Francia durante la pandemia, en comparación con el mismo periodo de años anteriores.
No obstante, no todas esas muertes fueron consecuencia del virus. Un problema que afecta a todos los países golpeados por la pandemia es que la gente evita los hospitales, ya que éstos están utilizando la mayor parte de sus recursos a atender pacientes con coronavirus, salvo excepciones y diagnósticos de urgencia.
Pese a esto, el Financial Times sostiene que “el exceso de mortalidad ha aumentado de manera más pronunciada en los lugares que sufren los peores brotes de COVID-19, lo que sugiere que la mayoría de esas muertes están directamente relacionadas con el virus y no son simplemente efectos secundarios” del confinamiento.
“La única comparación imparcial que se puede hacer entre diferentes países es mirando la mortalidad por todas las causas… Hay tantas preguntas sobre el aumento que hemos visto en las muertes que no tienen al COVID-19 en el certificado de defunción, sin embargo, usted siente que están inevitablemente vinculados de alguna manera a esta epidemia”, apuntó David Spiegelhalter, profesor de la Universidad de Cambridge.
Este contexto preocupa especialmente a las economías emergentes, donde el aumento de muertes generales es muy superior a las muertes por coronavirus.
Uno de los ejemplos que cita el periódico británico es el de la provincia ecuatoriana de Guayas. Entre el 1 de marzo y el 15 de abril se notificaron 245 muertes oficiales por COVID-19; los datos sobre el total de muertes, en tanto, muestran que durante este periodo murieron unas 10.200 personas más que en un año normal, lo que representa un aumento del 350%.
“Si queremos comprender las formas en que los diferentes países han respondido a la creciente pandemia y cómo ha afectado a la salud de la población, la mejor manera es contar el exceso de muertes”, dijo David Leon, profesor de epidemiología de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.